• 50% no separa la basura en orgánica e inorgánica ni los desechos para reciclar (papel, cartón, PET, etc.)
  • 34% deja su teléfono celular cargando toda la noche
  • Sólo 23% dice desconectar los aparatos eléctricos cuando no los ocupa

Ciudad de México, a 10 de noviembre de 2016.- A pesar de los grandes problemas que atraviesa nuestro planeta en términos de calentamiento global y su impacto en el medio ambiente (calentamiento de los océanos, aumento de las temperaturas globales, incremento en el nivel del mar, entre otros)[1], los cibernautas mexicanos no parecen tener una amplia cultura de cuidado del ambiente y un adecuado manejo de la energía en sus hogares y mantienen prácticas que se considera que atentan contra el medio ambiente, de acuerdo con el último estudio desarrollado por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México.

Los entrevistados que tienen en su mayoría (71%) licenciatura o posgrado, reconocen tener en su hogar artículos de eficiencia energética (72%), usar preponderantemente gas LP (53%) y contar con un promedio de 18 focos en su hogar. 74% reconoce tener focos ahorradores de energía, 18% de LED y 8% incandescentes.

Muchos de los electrodomésticos que tienen los cibernautas en sus hogares no son ahorradores de energía. En el caso de las lavadoras (que prácticamente todos tienen) el 44% no son ahorradoras, los calentadores 35% no son ahorradores, el 61% de las planchas y licuadoras no son ahorradoras y 41% de los hornos de microondas tampoco lo son. El problema es que del resto de los electrodomésticos los usuarios no saben si son ahorradores por lo que la probabilidad de que no lo sean es muy alta. Lo mismo ocurre con los televisores o pantallas. 50% de quienes los poseen comentan que o no son ahorradores o no saben si lo son. Las secadoras o planchas para el cabello tampoco son ahorradoras de energía (60%).

Adicional al hecho de que los aparatos que se tienen en el hogar no necesariamente son ahorradores de energía, los cibernautas mexicanos mantienen prácticas poco favorecedoras para el medio ambiente: 68% deja cargando su celular toda la noche siempre o algunas veces, 50% no separa la basura en orgánica e inorgánica ni los desechos para reciclar.

51% reconoce que algunas veces o siempre deja la luz de la habitación encendida cuando sale. También hay un porcentaje interesante (cerca del 20%) que suele dejar la televisión encendida toda la noche.

Beber agua embotellada parece una moda importante entre el 55% de la población y el problema no es beber agua embotellada, el problema es no reciclar los envases. Por increíble que parezca, solamente 17% reconoce comprar siempre pilas recargables, el resto de los participantes no necesariamente lo hace así. 41% reconoce apagar la computadora mientras se va a comer o cenar, sin embargo, el restante 60% no necesariamente lo hace así.

Indiscutiblemente para fomentar una cultura de cuidado del medio ambiente y uso de las energías sustentables, es necesario contar con la infraestructura que se requiere. En la gran mayoría de los casos, los participantes manifiestan que no hay cerca de los lugares por los que se mueven regularmente, contenedores especiales para tirar pilas (49%), celulares (61%), medicamentos (63%), televisores o computadoras (59%); lo cual naturalmente se ha traducido en que no se desechan estos artículos de manera adecuada.

35% de los entrevistados considera que el consumo de energía eléctrica en su hogar es excesivo para el número de personas que habitan en él, mientras que para 47% este consumo se considera “normal”. Con base en las prácticas de la mayor parte de los respondientes, se puede plantear la hipótesis de que los consumos podrían reducirse sustancialmente si las personas tuvieran cotidianamente prácticas más amigables con el medio ambiente. De hecho, 45% reconoce que el consumo de luz en su hogar ha disminuido un poco a partir del uso de artículos eficientes o ahorradores de energía e incluso un 24% reconoce que el consumo se ha reducido considerablemente.

Se requiere un trabajo importante en el fomento de una cultura orientada al cuidado del medio ambiente, que tiene que ir aparejada con la presencia de infraestructura y mecanismos que favorezcan, por ejemplo, el adecuado desecho de materiales contaminantes y el uso eficiente de la energía en el hogar.

Metodología: Encuesta aplicada por Internet a 616 cibernautas mexicanos durante el mes de octubre del 2016.

[1] http://climate.nasa.gov/evidence/

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