Por Saúl Cuandón Vieyra, Director Nacional Online UVM

La deserción estudiantil es un fenómeno que ha alcanzado cifras alarmantes: En el ámbito de los estudios profesionales, se estima que durante los primeros semestres, entre 20 y 30 por ciento de los alumnos abandonan la escuela, pero al llegar a la etapa del egreso, esta cifra se eleva hasta en 70 por ciento, es decir, sólo una tercera parte de quienes iniciaron una carrera, la terminan.

Las causas de la deserción son muy variadas, en el caso de los estudiantes jóvenes que cursan una carrera en las edades convencionales, la razón principal suele ser la mala elección; cuando esto sucede, el estudiante llega con falsas expectativas a sus estudios de nivel profesional y esto detona que en los primeros dos o tres ciclos, se sienta confundido y con necesidad de abandonar la carrera, sin saber si es la disciplina que quieren estudiar o no.

Algunos de ellos hacen alguna investigación y encuentran su verdadera vocación y carrera, pero otros definitivamente dejan los estudios.

En el caso del estudiante que es adulto trabajador, la decisión de dejar la escuela es multifactorial y suele centrarse en la situación económica, la exigencia del trabajo y de las responsabilidades familiares.

Este problema resta a la sociedad profesionales o personas debidamente capacitadas para impulsar el desarrollo del país, también deja miles de individuos sin oportunidad de tener movilidad social y de mejorar sus vidas. ¿Cómo podemos las instituciones educativas combatir la deserción? Existen algunas estrategias para fortalecer la permanencia del estudiante hasta concluir su carrera, que se pueden llevar a cabo desde el primer contacto con el aspirante y una vez que ya se ha integrado a la matrícula escolar.

1.- Confirmar si existe un ejercicio previo de orientación vocacional

Es muy importante que las áreas que se vinculan con el aspirante, desde el primer momento, consulten con él si ha llevado a cabo un proceso de exploración sobre su vocación, sobre la carrera que desea estudiar de acuerdo con sus aptitudes y gustos. También es muy recomendable que haya averiguado si la profesión que le interesa tiene futuro. La persona en contacto con el aspirante le puede realizar un examen de habilidades profesionales para darle herramientas de elección, ofrecerle un escenario de prospectiva y ayudarle a descubrir como se ve en 3 años y qué le gusta realmente hacer.

2.- Adecuada orientación e información sobre becas y herramientas de financiamiento

Uno de los factores más importantes para la deserción escolar, es el económico. Por eso es fundamental desde el primer contacto con el aspirante, se le de claridad respecto a los planes de financiamiento o apoyos económicos que ofrece la institución a la que se ha acercado. Es muy importante que sepa que en caso de alguna contingencia o dificultad económica que se presente en el camino, existen alternativas para que pueda continuar con sus estudios.

3.- Acompañamiento académico y docente

El docente deberá ser cercano a todos los alumnos en su grupo y estar muy atento por si existe algún foco rojo, ya sea por falta de participación en clase, por índice de reprobación de materias o por inasistencias. El profesor debe dar aviso a las instancias de coordinación de su institución, y juntos, buscar entender qué es lo que está alterando su desempeño y asistencia, para emprender medidas de apoyo. Cuando los estudiantes tienen una o más materias reprobadas se desmotivan, pero, si hay una intervención a tiempo, es factible rescatar al estudiante.

4.-Actividades extracurriculares y habilidades tecnológicas en las aulas

Las actividades extracurriculares son la parte práctica de la materia y es cada vez más necesario romper la dinámica tradicional en clase para mantener el interés y la atención de los estudiantes. Actualmente, es muy recomendable emplear la tecnología para generar patrones de autogestión de los alumnos, incluso dentro del aula.

5.- El docente, piedra angular para evitarla deserción

Hoy en día el estudiante está al centro y se construye el aprendizaje desde su propia experiencia y su propia investigación; el docente debe ser tutor y guía de ese conocimiento. La piedra angular para evitar el abandono sigue siendo el maestro y el perfilamiento del alumno. Es importante contar con profesores éticos, profesionales y honestos, además deben tener un dominio básico de la tecnología, estar actualizados y capacitados en estrategias de aprendizaje

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