• Algunos factores propios de estas enfermedades, contribuyen a provocar desnutrición en los pacientes y tiene mayor riesgo de contraer infecciones.
  • El consumo de algunos aminoácidos, así́ como la ingesta de vitaminas antioxidantes, vitaminas del complejo B y algunos minerales, ha mostrado su relación con el mantenimiento adecuado de las funciones metabólicas cerebrales.

Ciudad de México, 19 de octubre de 2017. Las enfermedades neurológicas como Alzheimer y Parkinson pueden complicarse o provocar desnutrición, lo que implica una expectativa de vida menor o calidad de vida muy deteriorada, expuso la Doctora Elizabeth Pérez Cruz, académica Universidad del Valle de México, Campus Santa Fe por lo que advirtió que es indispensable un tratamiento interdisciplinario  que incluya un seguimiento nutricional para estos pacientes.

La doctora Pérez Cruz imparte clases en la Maestría en Nutrición Clínica en UVM,  también es Coordinadora de la Clínica de Obesidad y Trastornos Metabólicos del Hospital Juárez de México y recientemente publicó el artículo “Problemas nutricionales en pacientes con enfermedades neurológicas”, en la Revista Medigraphic la cual se especializa en temas biomédicos y científicos.

El artículo detalla el diagnóstico y tratamiento nutricional para pacientes con enfermedades como epilepsia, Alzheimer, enfermedades cerebrovasculares, esclerosis múltiple y Parkinson, así como las afecciones traumáticas del sistema nervioso.

La Doctora Pérez Cruz explicó que las enfermedades neurológicas se han convertido, por su prevalencia y repercusión individual, familiar y social, en uno de los principales problemas de salud en los países desarrollados, y agregó que pese a ello no está generalizado un tratamiento nutricional paralelo, siendo que existen alternativas que podrían favorecer la salud de las personas en esta situación.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se estima que los trastornos neurológicos afectan en todo el mundo a alrededor de mil millones de personas. Se calcula que para 2030, la cifra de personas con demencia se duplicará.

La importancia de un estado nutricional adecuado es indiscutible: la ingesta no excesiva de calorías, las dietas moderadas en grasa (especialmente grasa saturada y colesterol, con predominio de ácidos grasos poliinsaturados), el consumo de algunos aminoácidos, así́ como la ingesta de vitaminas antioxidantes, vitaminas del complejo B y algunos minerales han mostrado su relación con el mantenimiento adecuado de las funciones metabólicas cerebrales.

Las enfermedades neurológicas crónicas como Alzheimer o Parkinson, por lo general son padecimientos seniles.

Algunos factores propios de estas enfermedades contribuyen a provocar desnutrición en los pacientes y tiene mayor riesgo de contraer infecciones. Un caso muy específico es el Parkinson, que se caracteriza por un movimiento incontrolable del paciente y ocasiona un gasto energético no compensando, además presentan disfagia, es decir, dificultad para deglutir.

En tanto, las enfermedades neurológicas agudas como traumatismo craneoencefálico, accidente cerebrovascular como derrame o hemorragia cerebral, así como lesiones medulares y trastornos de epilepsia, afectan en general a personas con buen estado nutricional previo y se caracterizan por presentar alteraciones en el metabolismo. En estos casos los pacientes deben ser evaluados e intervenidos nutricionalmente de preferencia dentro de las primeras 24 horas tras ocurrir el evento ya que debido a la dificultad de deglución y el riesgo de aspiración pueden comprometer su pronóstico.

La Doctora Elizabeth Pérez Cruz recomienda que se mantenga una alimentación  balanceada manteniendo un peso sano con un aporte de vitaminas y minerales, dado que muchos de los nutrimentos tienen un papel fundamental en el funcionamiento del sistema nervioso.

Si tienen alguna enfermedad como sobrepeso, aumento de colesterol, triglicéridos es importante que se trate porque predisponen a algunas enfermedades neurológicas como pueden ser los eventos vasculares cerebrales.

En el artículo detalla los alimentos que contribuyen al buen funcionamiento del cerebro, entre ellos están los carbohidratos como cereales, arroz y pasta y ayudan en la producción de neurotransmisores; el aceite de semillas de girasol y cártamo, soja y maíz contienen ácidos grasos poliinsaturados los cuales ayudan en la composición de membranas neuronales; el hígado, huevo y pescado contienen Colina el cual ayuda en la integridad de la membrana neuronal, así como en la memoria y control del músculo; el aguacate, cacahuate, espárragos, así como el pescado, pollo y productos lácteos contienen Acetil-L-carnitina que contribuye al incremento de la producción neuronal de energía así como al mantenimiento de receptores neuronales.

Minerales como el fósforo, magnesio y potasio ayudan a la transmisión y actividad neuromuscular, así como en el potencial de membrana e impulsos nerviosos y se encuentran en quesos, sardinas, chocolate, salvado, hierbas secas, calabaza, así como plátano, papaya, mango, naranja o ciruela pasa, por mencionar algunos.

 

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