• Docente de UVM especializado en el tema explica las razones del fenómeno
  • Necesario replicar entre los países el modelo mexicano de protección a la infancia con estadía ilegal

El incremento radical en casos de menores migrantes detenidos en la frontera con Estados Unidos se debe, además de las situaciones de pobreza y violencia, a un rumor sobre el cambio en la gestión migratoria de Estados Unidos (a finales de 2011) que generó expectativas de permanencia de menores centroamericanos en aquel país para reunirse con un familiar o tutor, mientras éste resuelve su situación migratoria. Así lo considera el Dr. Juan Carlos Calleros Alarcón, especialista en investigación del fenómeno migratorio y docente de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad del Valle de México, Campus Chapultepec.

De octubre de 2013 a mediados de junio de 2014, en Estados Unidos se detuvieron a 52 mil menores migrantes, un incremento de 129% respecto del mismo periodo de 2012-2013. El Dr. Calleros explica que es una explosión que ha significado una crisis humanitaria porque no contó con una preparación previa de las autoridades estadounidenses para recibir tal número de menores y el problema fundamental es que no se les puede deportar con facilidad por tratarse de personas que no son autosuficientes, pero tampoco pueden permanecer en Estados Unidos, porque no hay sitios acondicionados para su resguardo.

Se estima que en seis meses en 2014 ingresaron a México  9 mil infantes, provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras, cifra similar al total de 2013 (Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Migratorios), asegura el también investigador, lo que equivaldría a un crecimiento del 100%, de continuar esta tendencia al terminar este año. En tanto, los casos de menores mexicanos que son detenidos en la frontera norte suman 7 mil 300 hasta mayo de este año; en 2013 el total fue de casi 17 mil.

México y la atención humanitaria  

La migración en general es un problema regional en el que hay que conjuntar esfuerzos entre los países de origen, de tránsito y el de destino y para México el problema es doble al ser de origen y tránsito. En el caso de los menores centroamericanos, el Dr. Calleros Alarcón explica que nuestro país se ha operado como una frontera vertical porque los migrantes son interceptados a lo largo de todo el territorio nacional y no en su frontera sur. Existe un protocolo de atención para la atención para determinar el interés superior de niños, niñas y adolescentes, que consiste en evaluar su situación social y determinar si es viable reunirlo con su familia, o bien, permitirle acceder a una protección complementaria, que es una especie de refugio, asegura el docente. Para repatriarlos, el proceso es tardado porque no son sujetos de deportación inmediata, como sucede con los adultos; por lo que se contacta con el consulado del país de origen.

“México originó la figura de los Oficiales de Protección a la Infancia (OPI), integrada por personal capacitado en aspectos psicológicos y legales para resguardar los derechos de los menores. El modelo ha sido exitoso como buena práctica migratoria y ha sido exportada a los países de Centroamérica, se han capacitado a oficiales de Honduras, Guatemala e incluso de El Caribe y se ha tomado como base para cualquier tipo de colaboración que deba haber con Estados Unidos”.

Sin embargo, Juan Carlos Calleros plantea que el principal reto es cómo evitar que los menores migrantes no acompañados insistan en cruzar la frontera, a pesar de que son devueltos a su país o comunidad de origen, ya que señala, “los intentos de cruzar la frontera México-Estados Unidos son entre 3 y 5, y los menores no quieren permanecer en México”, en caso de que se les de la opción del refugio.

Por ahora, señala, “lo importante es procurarles la mejor atención y garantizarles su retorno con familiares en su país de origen; aunque se han detectado casos de niños que intentan el cruce hasta 25 o 30 veces en 3 meses”.

El trabajo del gobierno mexicano para reducir el fenómeno de los menores migrantes sin acompañante agrupa acciones a través de la red de albergues del DIF, del modelo de OPI y de colaboración interinstitucional que incluye a los consulados de los países centroamericanos (Memorándum de Entendimiento para el Retorno Asistido); una modificación legal tanto a la Ley de Migración como a la Ley del Refugio, y  la inclusión en la Ley de Migración del Protocolo  de Atención para determinar el Interés Superior de los Niños, Niñas y Adolescentes Migrantes.

Agrega que el pasado 7 de julio, el presidente Enrique Peña Nieto destacó el esfuerzo de apoyo con el programa “Frontera Sur”, que se basa en 5 acciones: Paso formal y ordenado; Ordenamiento fronterizo y mayor seguridad para los migrantes; Protección y acción social a favor de los migrantes; Corresponsabilidad regional y Coordinación interinstitucional. Actualmente hay un control de acceso sólo a guatemaltecos por medio de la Tarjeta de visitante regional y trabajador fronterizo, que contiene información biométrica y que permite el paso a México hasta por 72 horas.

Solución compartida

Ante la falta de una legislación internacional entre Centroamérica, México y Estados Unidos para establecer un modelo de atención a los menores migrantes no acompañados, el Dr. Juan Carlos Calleros Alarcón plantea la necesidad de consolidar el procedimiento mexicano, de acuerdo a las normas internacionales. Asegura que México ha presentado sus modelos de atención en diferentes foros donde se habla de la protección a menores, y es responsabilidad de todos propiciar que se firmen acuerdos entre los países involucrados en el fenómeno de niños migrantes no acompañados.

Por parte de México, apunta, hay que reforzar la seguridad en la frontera sur para incentivar a que los cruces sean legales. “Si cerramos los pasos informales, que es algo complejo porque hay selva, ríos y montañas y sólo hay 10 pasos habilitados. Así, se restringe la posibilidad de que los traficantes de menores usen la frontera sur tan impunemente como hasta ahora”, puntualiza el docente de UVM.

Concluye que el flujo de migrantes en general no se va a detener, pero el caso de menores que viajan sin un tutor puede reducirse por dos factores particulares: Primero, que Barak Obama haga un anuncio oficial de que los inmigrantes con permanencia ilegal en Estados Unidos no busquen el envío de sus hijos porque no hay posibilidad de quedarse en dicha nación, y tarde o temprano se les va a repatriar. Y segundo, el reforzamiento y reordenamiento de la frontera sur de México, que llevará un flujo ordenado de los menores migrantes para transitar sólo a los estados del sur de la república, hasta por 72 horas.

Y por parte de todos, una solución viable es adoptar un modelo de acciones conjuntas de protección a menores y garantizar su repatriación ordenada y segura.

ARGJ

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