• Tratamiento farmacológico y mejorar el estilo de vida, acciones benéficas para personas con hipertensión arterial.
  • El ejercicio también funciona como un modulador de la presión arterial, Dr. de UVM Campus San Rafael.

Ciudad de México, 03 de diciembre de 2020.- La hipertensión, una de las condiciones preexistentes de riesgo más comunes para los pacientes con riesgo de contraer COVID-19, afecta aproximadamente a un tercio de la población adulta mundial; en México con base en los resultados del ENSANUT 100k del Instituto Nacional de Salud Pública, señala una prevalencia de hipertensión del 49.2% de los cuales 54.7% desconocía tener esta enfermedad, comentó el Doctor Sergio Zúñiga, médico docente de la Universidad del Valle de México Campus San Rafael.

Al dictar la conferencia vía online Intervención en el Estilo de Vida para Prevención y Tratamiento de la Hipertensión, el académico indicó que las personas que sí saben que tienen hipertensión, implica que para ambos casos, que no sólo el tratamiento farmacológico es la alternativa, sino también se debe manejar un estilo de vida para lograr tener la hipertensión bajo control.

En esta ponencia, el Dr. Sergio Zúñiga estuvo acompañado del estudiante de Relaciones Internacionales de UVM Campus San Rafael, José Francisco Salgado Sánchez, quien se sumó al estudio en el proceso de investigación.

El médico docente explicó que el manejo farmacológico del paciente con hipertensión es difícil porque no todo el tratamiento está dictado por el medicamento.

“Hay que recordar que no siempre se consigue un buen control de la presión arterial, no es tan simple como un dolor de cabeza, se requiere de algo más y en el contexto del COVID-19, sabemos que los pacientes que tienen peor pronóstico cuando enferman de COVID son precisamente los pacientes que padecen o sufren presión arterial”, comentó.

El Dr. Sergio Zúñiga indicó que, en la idea general, se percibe como si las personas que sufren presión arterial estuvieran condenados o tuvieran un mal destino, y no es así, “hoy sabemos que, si el paciente en el caso de la hipertensión está controlado y, haciendo una analogía con el paciente que tiene diabetes mellitus, está controlado también, se les forma digamos, un escudo protector si están bien controlados”.

La piedra angular del tratamiento de estas dos enfermedades, tanto de la diabetes como del paciente hipertenso, son los fármacos, “buena parte de ellos dan el tratamiento, pero no hay que olvidar que lo que conocemos como estilo de vida hoy ya se vuelve una especialidad en la medicina que se llama Medicina de Estilo de Vida, hoy día se hace una piedra angular a partir de esta, como el quehacer que tienen los médicos a la hora de prescribir además de un tratamiento farmacológico, las indicaciones que todos conocemos”.

La reducción de peso corporal en individuos con sobrepeso u obesidad aminora el riesgo de padecer hipertensión y por supuesto que el control de peso ayuda al control de la propia hipertensión. Por lo anterior, hay que hacer hincapié en la restricción de la sal, ya que esto ayuda a reducir la presión arterial en pacientes con hipertensión. Añadió que tres pizcas de sal de mesa tomadas con los dedos son suficiente porción y lo que requiere el cuerpo en 24 horas.

“Se ha visto de manera contundente que un paciente que es hipertenso y pierde peso, de acuerdo al número determinado de kilos que pierda se puede estimar incluso cuántos milímetros de mercurio baja la presión arterial; y a la inversa también, a medida que aumenta el peso en una persona, también se incrementa el funcionamiento del músculo cardiaco, como una bomba que implica mayor esfuerzo y por lo tanto, sube la presión arterial”, señaló. 

Agregó que, a su vez, el ejercicio también funciona como un modulador de la presión arterial, siendo supervisado por un profesional de la salud.

“Porque si yo como médico veo a un paciente que me anuncia que es hipertenso después de checar su presión durante tres días consecutivos, veo que está controlado, que está en buenas cifras, por ejemplo de 120/80 o una sistólica de 130, que es la presión alta que describe la presión arterial, quizá en esa persona sí deberíamos indicar la actividad física sobre todo cardiovascular, que es caminar, a la mejor brincar la cuerda, subir y bajar escaleras, si tiene la oportunidad bajo esta nueva normalidad de correr un poco, trotar un poco, cualquier actividad cardiovascular y podemos llevar ese esfuerzo cardiaco a un margen seguro, el médico teniendo los datos del paciente como edad, peso, sexo, le vamos a dar recomendaciones de cuánto debe elevar su frecuencia cardiaca para que sea seguro”, concluyó.

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