Por: MCS  Saby Camacho López

Directora Nacional de Nutrición, de la Escuela de  Ciencias de la Salud de la Universidad del Valle de México 

Este martes, 4 de febrero, se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, bajo el lema ‘Desenmascarar los mitos’, instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de sensibilizar e informar a la población sobre las necesidades de los pacientes y la importancia de adoptar hábitos de vida saludables para prevenir el cáncer.

Esta enfermedad se ha convertido en una epidemia global, que afecta a todos los grupos de edad y niveles socioeconómicos, con graves consecuencias sociales, económicas, y humanas. A nivel global, cada año se diagnostican en todo el mundo más de 14 millones de casos. De no corregir esta tendencia, la cifra de fallecidos por enfermedades oncológicas en el período 2016-2025 se elevará hasta los 84 millones.

Las causas del cáncer son diversas y no todas son conocidas, sin embargo, podemos encontrar una relación en la herencia y la genética de los individuos y causas ambientales como la contaminación, el tabaco, la dieta, etcétera.

Aproximadamente un 30% de las muertes por cáncer son debidas a  obesidad,  ingesta reducida de frutas y verduras, falta de actividad física, consumo de tabaco y consumo de alcohol.

En este contexto, un 40% de los cánceres podrían evitarse con la práctica de ejercicio regular y siguiendo una alimentación saludable, lo que equivale a entre tres y cuatro millones de casos anuales en todo el mundo. Sobre todo, evitando el tabaco, factor de riesgo principal para el desarrollo de cáncer y responsable de hasta un 22% de las muertes relacionado con el cáncer y de un 71% en el caso específico del cáncer de pulmón. La alimentación junto con el abandono del tabaco implica que entre el 60 y el 70% de los cánceres son evitables.

En la actualidad, gracias a los resultados de numerosos estudios, se pueden establecer un conjunto de recomendaciones alimentarias:

  • Consumir una alimentación rica en verduras y frutas, leguminosas y cereales integrales.
  • Mantener un peso corporal saludable.
  • Realizar una hora de actividad física al día.
  • Comer diariamente cinco o más raciones de verduras y frutas.
  • Comer diariamente más de siete raciones de cereales integrales y leguminosas
  • Limitar el consumo de azúcar.
  • Limitar las bebidas alcohólicas.
  • Limitar el consumo de carne roja, a menos de 80 gramos por día.
  • Limitar el consumo de alimentos con grasas de origen animal.
  • Limitar el consumo de alimentos salados y el uso de la sal.
  • No tomar alimentos ni demasiado calientes ni demasiado fríos.
  • Mantener un hábito de comidas regular, en cantidad y en horario.
  • Beber de 1.5 a 2 litros de agua natural.
  • También se recomienda no fumar.

Si bien el cáncer puede ser un asunto difícil de tratar, particularmente en algunas situaciones y culturas, el hablar abiertamente sobre la enfermedad puede conllevar mejoras significativas tanto a nivel individual como de la comunidad.

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