• En un año se han entregado más de 1200 estufas en comunidades de Chiapas, como Cintalapa.
  • “EnerChia”, nuevo diseño de estufa ecológica.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, a 7 de octubre de 2016.- Hace algunos años, el Doctor Neín Farrera, líder de Investigación en la Universidad del Valle de México Campus Tuxtla, acompañado por otros docentes como Joel Moreira Acosta, Pascual López de Paz y Lorena Ramírez Rodas, crearon y desarrollaron la primera estufa ecológica “Lekil Vaj”, (que significa buena tortilla” en tsotsil), para las comunidades rurales marginadas como Tierra Blanca y Rosario de la Montaña, del Municipio de la Independencia en el estado de Chiapas, y no imaginaron el beneficio y repercusión que esta estufa tendría con el paso del tiempo.

El objetivo principal de este proyecto fue implementar la estufa ecológica “Lekil Vaj” en viviendas ubicadas en las comunidades rurales marginadas, en aras de contribuir a la disminución de enfermedades respiratorias, atenuar las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir la alta deforestación existente en la entidad.

Al presentar el Arquitecto Juan Carlos Solís, la ponencia “Apropiación social de ecotecnologías energéticas en la región solar de Cintalapa, Chiapas”, durante el Primer Congreso Internacional y Tercero Nacional, Universidad,  Salud y Ambiente: La Innovación para el Desarrollo Sustentable, el docente de UVM y UNICACH, quien también se unió al proyecto al lado del Dr. Neín Farrera, informó que la estufa ecológica ha sido modificada en su diseño, funcionamiento, peso y altura y, ahora es la comunidad de Cintalapa, Chiapas, la que se ha visto beneficiada con ella.

La estufa ecológica Lekil Vaj, ahora consume menos leña y el humo se saca de la vivienda, “por lo tanto las mujeres que son el grupo más vulnerable han mejorado sus condiciones de vida considerablemente, ya que se enferman menos, de acuerdo con los registros que tenemos”, explicó el Arquitecto Solís, quien agregó que visitan las comunidades en donde la estufa es utilizada, para ver los efectos respecto a cómo vivían antes las familias.

Este nuevo modelo de estufa, se basa en conceptos de alta eficiencia, bajo costo, durabilidad con calidad y socio-ecológicamente apropiado. La estufa utiliza materiales de gran durabilidad en sus partes fundamentales (puede durar más de 25 años), es de fácil ensamblaje, se produce a un bajo costo y es compacta, estética y móvil.

El arquitecto Juan Carlos Solís indicó que en la gran mayoría de las ocasiones, esto es en el 95 %, la estufa ha sido recibida de buena manera por parte de los habitantes de las comunidades.

Una de las modificaciones que tiene Lekil Vaj respecto a su diseño original, es que ahora está construida con madera, la estructura tiene lo ladrillo y un conglomerado de material volcánico con concreto y metal; alcanza más de 200 grados de calor y tiene una altura aproximada de 90 centímetros. El ponente adelantó que ya existe otro prototipo de estufa llamada EnerChia (Energía y Chiapas), con una estructura muy práctica y un tamaño de 80 centímetros de alto por 50 centímetros de ancho.

“Posiblemente aquí en Tuxtla o entre quienes vivimos en ciudad, minimizamos logros como éstos, pero en Chiapas tenemos el 70 por ciento de la población en pobreza, creo que el esfuerzo de las universidades como UVM, la UNICACH y la UNACH puede ayudar y mostrar lo que se está formando en las aulas y lo que ese conocimiento le regresa a la sociedad. Creo que sería interesante poder replicar estos esfuerzos”, manifestó.

En un año, indicó el ponente, se han entregado más de mil 200 estufas ecológicas a través de diversos proyectos de investigación y también proyectos sociales, “no ha sido una sola  fuente de financiamiento, han sido varias,  entre otras, Sedesol, Comisión Federal de Electricidad y también la Comisión Española aporta financiamiento, específicamente en Villa del Río, son para comunidades donde por la  cantidad de habitantes no ha llegado la infraestructura convencional, quiero decir, comunidades que no tienen acceso a agua potable, energía eléctrica, así que el impacto de llevar las estufas a estos lugares ha sido positivo”, concluyó.

 

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