• Los niños se saltan comidas y comen más chatarra el fin de semana.
  • Los padres no tienen percepción del sobrepeso de sus hijos, ni de que se trata de una enfermedad.

Ciudad de México 18 de diciembre de 2017. Las principales barreras para seguir una dieta correcta son las propias ideas en las que se desenvuelve la familia dentro de una sociedad, expuso la Dra. Reyna Sámano, académica de la Universidad del Valle de México, Campus Chapultepec “las personas perciben que un niño con exceso de peso puede representar mejor salud contra alguien con peso adecuado” dijo.

En la investigación Barreras para perder peso desde la perspectiva de los niños con sobrepeso/obesidad y sus padres: un enfoque sociocultural, Reyna Sámano coautora, explicó que el objetivo del estudio fue identificar las barreras para perder peso, incluida la percepción del estado de peso, creencias, hábitos, opinión de apoyo social y recomendaciones desde la perspectiva de niños con sobrepeso u obesidad y de sus padres, con el fin de mejorar las intervenciones considerando esta información.

Algunos de los hallazgos encontrados en los hábitos y creencias sobre la alimentación y actividad, muestran que los niños se saltan las comidas, comen más comida chatarra el fin de semana, se despiertan casi a mediodía el fin de semana, mientras que los padres prefieren mantener a sus hijos en casa viendo la televisión (miedo a la inseguridad social), creen que en la medida que los niños crecen, su peso será normal cuando son adultos, refieren que el agua potable es tan cara como beber jugo o refresco, además que para algunos adultos, comer vegetales es para animales; los niños no lo creen, pero lo han escuchado.

  El estudio incluyó a niños y adolescentes de entre 10 y 18 años de edad con diagnóstico de sobrepeso u obesidad y sus padres. El 82% de los padres tenía sobrepeso u obesidad y solo 22.7% de los niños tenían padres participantes en los grupos focales. Los padres fueron al hospital solo cuando sus hijos presentaron alguna complicación de la obesidad; para ellos, el sobrepeso no era un problema de salud.

La Dra. Sámano refirió que las tasas de obesidad infantil severa se han triplicado en los últimos 25 años, con importantes diferencias por raza, sexo y pobreza.  En 2006, 70% de la población adulta tenía sobrepeso, mientras que en adolescentes la población era 35%.

Sámano quien colaboró en el análisis de la información y discusión de la investigación dijo que entre las barreras detectadas se encontró, la falta de percepción de sobrepeso, su identificación como enfermedad y sus consecuencias, la falta de tiempo de los padres para supervisar la dieta saludable y el ejercicio de sus hijos.

Los padres se sienten culpables de dejar a sus hijos solos para sus trabajos y, como compensación, les compran comida chatarra. Además, este sentimiento de culpabilidad también limita su autoridad cuando los mismos padres no pueden seguir un estilo de vida saludable.

Respecto al apoyo social algunos familiares apoyan hacer ejercicio, pero no continúan debido a la falta de tiempo, dinero o tiempo libre, en varias escuelas se vende comida rápida y el ejercicio recomendado no se realiza.

Por otro lado, los pacientes refieren que los profesionales de la salud deben estar bien informados y actualizados en cuanto al tema para evitar confusiones al momento de proporcionar la consulta o asesoría para la reducción y control de peso.

 Los niños y padres participantes del estudio sugirieron que se promuevan programas en la televisión sobre la dieta saludable y las consecuencias del sobrepeso. Los niños requieren una explicación clara sobre las consecuencias del sobrepeso y sobre una dieta saludable.  Los padres sugieren que sus hijos hagan el tiempo recomendado de ejercicio dentro de las escuelas y se dan cuenta que necesitan hábitos saludables para perder peso y ser un buen ejemplo para sus hijos, pero no tienen suficiente tiempo

La Dra. Sámano dijo que la falta de percepción de sobrepeso y obesidad así como de sus consecuencias como una enfermedad con comorbilidades, impide a los pacientes cumplir con un tratamiento nutricional, por lo que es importante que los programas de salud integren información clara sobre las consecuencias del sobrepeso y de una dieta saludable, de lo contrario las intervenciones continuarán sin éxito.

En el mes de octubre la Dra. Reyna Sámano recibió un reconocimiento por la Fundación Mexicana para la Salud, el Fomento Nutrición y Salud A y Colegio Mexicano de Nutriólogos, por su participación como coautora del artículo Barreras para perder peso desde la perspectiva de los niños con sobrepeso/obesidad y sus padres: un enfoque sociocultural otorgado.

La autora Ana Lilia Rodríguez Ventura, del Instituto Nacional de Perinatología recibió el premio en investigación y nutrición 2017, en la categoría Entorno Social y Cultural de la Nutrición. En la investigación también participaron Ingris Pelaez Ballestas, Carlos Jiménez Gutiérrez y Carlos Aguilar Salinas, investigadores del Hospital Infantil de México y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición respectivamente.

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