- Docente de UVM Camps Querétaro realiza la crianza de chapulín y a futuro, considera explorar el valor nutrimental de otras especies de insectos mexicanos.
Querétaro, Qro., 17 de julio de 2019.- Uno de los alimentos favoritos de los mexicanos, las tortillas, son ahora elaboradas con harina de chapulín como una propuesta alimenticia de alto valor proteínico, económica y de consumo popular, por parte de la Doctora Fabiola Curiel Ayala, docente de QFBT y Nutrición en Campus Querétaro de la Universidad del Valle de México.
El proyecto del cultivo de chapulines como apoyo en la alimentación sustentable, surgió como una propuesta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en Querétaro, para ayudar a comunidades de escasos recursos, “sabemos que los insectos tienen alto contenido proteico, por lo que escogimos a los chapulines”, indicó la Dra. Curiel.
La docente de UVM Campus Querétaro explicó que tiene en mente hacer otros cultivos, como el de gusano blanco, gusano de maguey y otros insectos. “Ahora nos estamos enfocando en los chapulines, de ellos tenemos ya tres generaciones con las que hemos estado experimentando conforme a su alimentación, de tal manera que en las comunidades donde ofrecemos el proyecto, la gente no tenga que invertir en comprar algo especial para alimentar a los insectos, simplemente hay que darles a comer desechos de vegetales”, dijo.
La docente comentó que la idea surgió debido a que observaron que en las comunidades de escasos recursos no hay suficientes recursos económicos para adquirir alimentos ricos en proteína. Indicó que su equipo cultiva a los chapulines en jaulas de madera, cuyo tamaño puede adaptarse muy bien a los espacios en casas pequeñas.
Tradicionalmente, explicó la doctora Fabiola Curiel, los chapulines se comen como botanas, se preparan con limón y chile, y son un alimento que los mexicanos consumen como nutrimento proteico. En los restaurantes, los chapulines se disfrutan como comida gourmet y alcanzan precios altos.
Ciertamente, existen diversos productos comestibles con base en el chapulín, “la diferencia con nuestra tortilla de harina de chapulín, es que la tortilla se come por la mañana, tarde y noche; niños, adultos y adultos mayores la pueden consumir durante todo el día”, señaló.
La doctora Curiel explicó que con la tortilla de chapulín se mejoran las posibilidades de las personas. “Un menor de edad nutrido, o una persona que va a trabajar y que tiene fuerza suficiente porque está bien alimentado, va a tener oportunidades mejores en su calidad de vida”.
Al detallar el proceso de crianza del chapulín, dijo que hace dos años capturaron chapulines en cultivos de maíz, construyeron jaulas de madera con mallas mosquiteras y colocaron en ellas recipientes de plástico con arena esterilizada para que se mantuviera libre de hongos, bacterias y microorganismos.
“Una vez que los chapulines crecieron y fueron adultos, estuvieron en etapa de reproducción, las hembras ovipositaron sobre los areneros que les preparamos; les mantuvimos una humedad relativa y los dejamos a temperatura ambiente y, finalmente tuvieron su ciclo de vida. Los chapulines perecieron alrededor de octubre y noviembre, meses que son fríos y entonces mueren”, comentó.
Al siguiente año, en los pasados meses de mayo y junio, cuando inician las lluvias, el equipo colectó agua de lluvia y regó con esta los areneros. Mientras, los alimentaron con desperdicios de lechuga y rabos de col.
“Ahora los chapulines vuelven a ser adultos, vuelven a ovipositar y de esta manera ya tenemos tres generaciones. Ya en este mes de julio esperamos nuestra siguiente filial, hemos venido observando el crecimiento, tamaño, número y vamos a ver nuevamente la proporción de proteína, grasa y carbohidratos que aportan para seguir elaborando la masa para las tortillas de chapulín”, comentó.
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