- Esta tecnología está en proceso de ser patentada en el IMPI.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; 8 de noviembre de 2018.- Desde hace más de 10 años, cuatro investigadores de la Universidad del Valle de México Campus Tuxtla, encabezados por el Doctor Neín Farrera, líder de investigación en aquel campus universitario, desarrollaron deshidratadores solares, inicialmente sistemas de circulación natural de tipo torre, que son de las tecnologías más conocidas.
El Dr. Neín Farrera, y los docentes investigadores de UVM Campus Tuxtla, Dr. Joel Moreira Acosta, Aldo Aguilar Castillejos y Osbaldo García Ramos, con la experiencia y conocimientos adquiridos a lo largo de estos 10 años de búsqueda incansable, apoyados por un equipo de estudiantes del Centro de Investigación e Innovación y Desarrollo Tecnológico (CIIDETEC), lograron desarrollar un secador totalmente diferente e innovador que tiene dos fuentes de energía renovable que aprovechan la radiación del Sol: termosolar y fotovoltaica.
Esta tecnología desarrollada por el Dr. Farrera, sus colegas de UVM Campus Tuxtla y de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), contiene un sistema fotovoltaico que genera energía eléctrica y sirve para generar calor en dos resistencias eléctricas que se colocan en el interior de una cámara de secado, “la gran ventaja de poner resistencias es que se pueden colocar en el lugar donde se requiere elevar la temperatura, dependiendo del producto a secar”, señaló el investigador.
Este novedoso secador solar-térmico fotovoltaico, tiene un sistema de tubos al vacío que elevan la temperatura del aire de forma directa con la radiación solar, “este aire caliente se impulsa por medio de un ventilador a la misma cámara de secado; el sistema ha logrado elevar la temperatura a más de 100 grados centígrados”, comentó el Dr. Farrera.
Por supuesto, esta novedosa tecnología creada en el CIDETEC en UVM Campus Tuxtla, llamó la atención de diversas instituciones, una de ellas, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, quien actualmente está en el proceso de patentar el secador termosolar-fotovoltaico creado por manos mexicanas.
El investigador de UVM, señaló que el tamaño de la cámara de secado es de 4 metros cúbicos, lo que permite secar productos como frutas, granos, cárnicos, lácteos, mariscos entre otros, que lo convierte en multifuncional.
La estructura es de acero y aluminio, con un material aislante de muy baja conductividad térmica, que lo hace de gran utilidad y eficiente. “El secador se ha probado con productos como mango, limón, queso, cacahuate y café, se obtuvieron resultados muy buenos, en promedio el secado se hace en un tercio de tiempo comparado con el método tradicional en patios de secado”, comentó el Dr. Neín.
Un aspecto que resalta el docente de UVM Campus Tuxtla, es que los materiales son de larga durabilidad y compatibles con productos alimenticios; el costo prácticamente sólo es inicial ya que la operación que normalmente cuesta muy caro a los productores (cuando utilizan secadores de gas o eléctricos), con esta tecnología es de cero.
De acuerdo con el Dr. Neín Farrera, el precio de este producto es aproximadamente de 40 a 50 mil pesos, “sin embargo, la energía que es un costo fijo al secar con otras fuentes de energía nos la regala el sol, que en nuestro país es abundante, somos privilegiados ya que tenemos un promedio por encima de los 5 kw h/m2 al día”, comentó.
El investigador dijo que hace tiempo, productores de chile jalapeño de la zona de Palenque, Chiapas, tenían un costo fijo mensual de 100 mil pesos de gas como combustible que utilizan en secadores que tienen esta fuente energética. “Con nuestro recurso podrían comprar dos de estas tecnologías por mes, teniendo un ahorro monetario muy considerable”, dijo el Dr. Farrera.
Y es que la calidad del secado de los productos es muy importante, ya que si se secan en los patios de secado, el producto se contamina, se humedece cuando hay lluvia y por lo mismo hay mermas hasta de un 40% en las ganancias del producto; “es el caso del café, un producto que por cada grado de humedad su precio baja de forma exponencial.
“En el caso del mango Ataulfo, un producto muy solicitado, al llegar la época de cosecha, se madura casi al mismo tiempo, y si no se comercializa rápidamente, se pierde. Al secar este producto, puede durar hasta un año sin problemas y su costo es alto, sobre todo si se exporta ya deshidratado, principalmente a Estados Unidos”, manifestó el especialista de UVM.
Finalmente, el Dr. Neín Farrera dijo que en el proyecto del secador solar fotovoltaico – solar térmico, además de los investigadores antes mencionados, trabajaron estudiantes de UVM Campus Tuxtla de Ingeniería en Energía y Desarrollo Sustentable, ellos son, Karla Orett Arvisu Rueda, Biniza Aquino Castillo, Jair Ahlai Santana y Francisco Fernando Hernández; la UNICACH, y una red de más de 3 mil productores integrados por el Mtro. Hipólito Narcia, quien logró el acercamiento entre productores y académicos.
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