• El coronavirus obligará a transformar procesos de atención de otros padecimientos, como el caso de la atención odontológica: Dr. Carlos Aguilar, Director Nacional de Medicina y Odontología de UVM.

Ciudad de México, 07 de mayo de 2020.- El nivel de exposición de odontólogos para contraer COVID-19 es alto en comparación con otras profesiones del ámbito de la salud, debido a la exposición física del dentista con sus pacientes, comentó el Doctor Carlos Aguilar, Director Nacional de Medicina y Odontología de la Universidad del Valle de México.

“Hablando específicamente de ciencias de la salud, vemos cómo los dentistas muestran niveles de exposición más altos que otras profesiones debido a la cercanía que tenemos con los pacientes, claro, con excepción de quienes trabajan directamente en la atención de pacientes con COVID-19”, explicó.

Al ofrecer la ponencia: Riesgos del COVID-19 en la Odontología, durante el ciclo de Conferencias Virtuales: Salud 360, organizado por la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Valle de México, habló de las implicaciones que ha tenido y tendrá esta pandemia, como, por ejemplo, la necesidad de cambiar los procesos de atención.

“El coronavirus claramente ha modificado el estilo de vida de muchas personas y por el estilo de vida se considera y se incluye, todo el tema de la atención sanitaria de odontología, fisioterapia, nutrición; todas las áreas de la salud, ya que la mayoría de los servicios de salud de los centros clínicos están volcados hacia el tema de COVID-19.

“Pero eso no hace que los problemas de salud de otras áreas desaparezcan, estos siguen presentándose y habremos de adaptarnos, cambiar la forma en la que estamos generando nuestros procesos de atención hacia los pacientes en el tema odontológico”, dijo.

De acuerdo con el médico docente de UVM, las clínicas y consultorios odontológicos son lugares seguros para la atención a la salud bucodental, pero existe evidencia genómica de la transmisión de infecciones en los consultorios dentales cuando ocurren fallas en los procedimientos para el control de infecciones.

El odontólogo está expuesto a virus y bacterias que los pacientes transportan y diseminan, en particular están expuestos a aerosoles y salpicaduras que diversos procedimientos odontológicos generan en la boca del paciente.

Por la exposición a la saliva y sangre, la hepatitis B, incluso el VIH son un verdadero riesgo ocupacional para el cirujano dentista y su personal auxiliar. También se ha documentado la exposición ocupacional a bacterias resistentes a múltiples antibióticos.

La práctica de la odontología implica el uso de instrumentos rotatorios dentales y quirúrgicos como piezas de mano o raspadores ultrasónicos y jeringas de aire y agua. Estos instrumentos crean un aerosol visible que contiene grandes gotas de partículas de agua, saliva, sangre, microorganismos y otros desechos; esta salpicadura viaja solo una corta distancia y se asienta rápidamente aterrizando en el piso y las superficies operativas cercanas al paciente. El aerosol también puede contener ciertos aerosoles. Las máscaras quirúrgicas protegen las membranas mucosas de la boca y la nariz de las salpicaduras de gotas, pero no proporcionan una protección completa contra la inhalación de agentes infecciosos en el aire.

Un odontólogo, además de la saliva, está expuesto también a estornudos, estos proyectan una nube de gas que viaja de 7 a 8 metros y contiene gotas que posiblemente propagan el Coronavirus; de ahí que las medidas de protección que sugiere el doctor Carlos Aguilar para el ramo odontológico sean la utilización de googles o una careta protectora transparente de acrílico para evitar que pasen esas gotitas y aerosoles que no salpiquen directamente su cara.

“Es importante utilizar productos desechables como los gorros para la cabeza, cubrebocas de tela; hay respiradores o mascarillas con distintos filtros de protección, como la mascarilla N95, ya que retiene el 95% de las partículas que podamos estar exhalando. Hay que utilizar batas y guantes desechables. Recomiendo el zapato clínico de plástico para limpiarlo constantemente, que sea cerrado. Finalmente, el lavado de manos en el ambiente clínico es hasta los codos, no es solo la mano”, detalló.

El doctor Aguilar también dio a conocer 8 filtros para no enfermar o contagiar a nuestra familia en nuestra casa y en el consultorio:

1.- Marcar el área de recibidor en la entrada como zona de filtro.

2.- Remover zapatos, limpiarlos y dejar en la entrada.

3.- Remover ropa exterior o uniformes clínicos, colocar en una bolsa para lavar y echar a lavar diariamente.

4.- Dejar bolso, mochilas, cartera, paquetes o compras en dicha zona y limpiar.

5.- Dejar el móvil, gafas, llaves y limpiar.

6.- Ducharse inmediatamente después.

7.- No tocar o saludar hasta haberse duchado.

8.- Limpiar posteriormente el área de recibidor.

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