México, D.F., a 16 de octubre de 2013.– El estrés, dolor detrás de la oreja, sonido de campanillas en los oídos y deficiencia auditiva leve, son algunos síntomas de parálisis facial, los  cuales pueden surgir de repente o desarrollarse a lo largo  de los  días.

Las causas más comunes de la parálisis facial es la exposición directa al frío, cambios bruscos  de temperatura; una infección por virus, Sarcoidosis (es una enfermedad en la que se produce una inflamación a nivel de los ganglios linfáticos, los pulmones, el hígado, los ojos, la piel y otros  tejidos; enfermedad de Lyme (está  caracterizada por una erupción cutánea, inflamación articular y síntomas parecidos a los de la gripe), aunque un 50 por ciento de los casos son idiopáticos, es decir, sin causa aparente.

La parálisis facial es una enfermedad que no conoce raza, religión o sexo; existen datos que dicen que en el mundo, 20 y 30 personas de 10 mil presentan parálisis facial cada año, se puede contraer antes de los 15 años de edad y  después de los 60 años. Quienes padecen diabetes, gripe, hipertensión, así como la gente que consume alcohol y tabaco están más propensos a desarrollar este mal.

La atención médica rápida y oportuna es vital en la  recuperación de la parálisis facial, se conoce que el 90 por  ciento de los  casos que enfrentan este problema, pueden alcanzar una recuperación de entre el 90 y el 100 por  ciento; dependiendo del tipo  de daño, con o sin tratamiento, el 70 por ciento presenta una recuperación completa de la función motora de los músculos faciales sin tratamiento. El 13 por  ciento presentan secuelas leves con tratamiento y, el 16 por  ciento sufren secuelas permanentes de moderadas a graves.

La terapia de recuperación de quienes se vieron afectados por una parálisis facial, radica en realizar diariamente diversos ejercicios que consisten en la  realización de todo tipo de muecas.

También en muchos  casos se utilizan electroterapias, ultrasonidos y bioregenerador celular; la mejoría clínica se consigue cuanto más pronto se inicie el tratamiento y en el 85 por ciento de los  casos se ven buenos  resultados en las 3 primeras semanas, aunque
hay quienes tardan entre 3 y 6 meses para recuperarse.

 

El caso de Emilio

Una tarde,  sin ningún aviso de por medio, Emilio Guzmán de 12 años, sufrió una parálisis facial en la mitad de su rostro. Sus padres observaron preocupados que la cara de Emilio parecía “caerse” hacia un lado.

Una revisión médica reveló que la parálisis se debía a una infección provocada por un virus y que para recuperar la movilidad en la zona, Emilio debía someterse a una terapia de rehabilitación. Así fue como llegó a la Clínica de Fisioterapia de la Universidad del Valle  de México, campus Chapultepec.

La rapidez con la que actuaron los padres del pequeño Emilio fue determinante para que evitar complicaciones y, a un mes de estar recibiendo terapia, Emilio está a punto de lograr su recuperación.

En México, el índice de parálisis facial en niños no es aún muy alto; de acuerdo con Hilda Patricia Velázquez, Coordinadora de Rotaciones Clínicas en la UVM Campus Chapultepec, esta enfermedad en infantes se origina a consecuencia de una posible enfermedad que les baja su sistema inmune, entra en el  cuerpo de los niños un virus que aprovecha esta baja de inmunidad atacando el nervio.

“Al igual que en adultos, la causa de parálisis no es muy conocida, sin embargo, la enfermedad puede darse por problemas de estrés, por problemas de temperatura, por un virus. En niños más pequeños se puede dar porque nacen con un tumor en el cerebro que comprime el nervio que lleva hacia la cara, pero esos casos son muy bajos, son uno entre mil”, señala Patricia Velázquez.

En el caso de Emilio Guzmán Álvarez, él llegó a la  Clínica UVM con un diagnóstico de parálisis facial en nivel 1, es decir, grado leve, explica Patricia Velázquez; “el niño presentó el nervio facial del lado  derecho inflamado, no le permitía realizar gestos en esta parte de su cara, no  tenía contracción. Empezamos a atenderlo tres veces a la semana durante tres semanas consecutivas, a la segunda semana empezó a tener contracciones, ya se veía simetría cuando hace movimientos de la parte afectada. Ahora Emilio ya está en proceso  de alta, le faltan una o dos sesiones más”, manifestó la Licenciada en Terapia Física.

La rehabilitación de Emilio consistió en aplicación de luz polarizada para desinflamar el nervio, “aplicamos compresas calientes para relajar la parte de la  cara afectada como de la no afectada, realizamos ejercicios y masajes, de un lado relajación, del otro estimulación”, señaló Patricia Velázquez.

La Clínica de la UVM Campus Chapultepec inicialmente funciona como la clínica de beneficencia del Hospital ABC debido a un convenio que se tiene con este hospital desde hace ya varios años. Los estudiantes que atienden a los pacientes externos son de semestres avanzados, “de hecho, los alumnos acuden a diferentes campos clínicos con los que tenemos convenios; quinto, sexto, séptimo y octavo semestres son estudiantes; noveno y décimo semestres son pasantes”, agrega Patricia Velázquez.

Una situación como la que vivió la familia Guzmán Álvarez, puede presentarse en cualquier momento, “realmente yo no estaba consciente de que una parálisis le puede suceder a un niño, pensaba que eran enfermedades de adultos  debido al estrés en el que  vivimos, pero esta situación en Emilio fue viral, entonces, aprendimos que también a un niño le puede pasar. Gracias a la atención que recibió mi hijo en la Clínica de la UVM influyó para que él se aliviara más rápidamente”, señaló el señor Omar Francisco Guzmán.

CLINICA DE FISIOTERAPIA UVM CAMPUS CHAPULTEPEC

La Clínica de Fisioterapia UVM Campus Chapultepec atiende pacientes desde recién nacidos hasta adultos mayores, en el área de neurología, medicina interna, ortopedia, reumatología, oncología, pediatría, geriatría, neumología, principalmente.

 

Atiende a pacientes que presentan alteraciones del movimiento, ya sea como secuela de alguna enfermedad crónica,  cirugía, lesión temporal. Todo tipo de dolor musculoesquelético y/o nervioso, lumbalgia, cervicalgia, dorsalgia, secuelas de fracturas, secuelas de esguinces, secuelas de luxaciones, problemas de postura (cifosis, escoliosis), pie plano, pie cavo, luxación congénita de cadera, lesiones deportivas, tratamiento previo y posterior a cirugías, migraña, parálisis facial, secuelas de embolias (hemiplejía), enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, lesión medular, parálisis cerebral infantil, síndrome de Down, retraso en el desarrollo psicomotor, síndromes genéticos, etc.

 

La clínica cuenta con un área de termoterapia, una de electroterapia, una de hidroterapia, un gimnasio, un cuarto de estimulación (hecho por los propios estudiantes) y con la ayuda del centro deportivo, se pueden dar terapias en alberca. Hay aparatos de corrientes analgésica, láser, Ultrasonido, electroestimulación, compresas calientes, compresas frías, tinas de hidroterapia, fluidoterapia, bicicleta fija, caminadora, elíptica, barras paralelas, barras suecas, jaula de Rocher, escaleras para terapia, timón, escalerillas de dedos, poleas, mesa de Bobath (para ejercicios de manos) y una mesa de tracción cervical y lumbar. Todas estas instalaciones corresponden a una unidad básica de Rehabilitación.

AZC/SAL

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